Los esfuerzos comunitarios para salvar el Hargila
Información
Citibanamex aportó más de 2.5 millones de dólares (52 millones de pesos) a iniciativas como Jóvenes Construyendo el Futuro, a cargo de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS); Jóvenes de Excelencia Citibanamex; e Impulso CitibanamexCiudad de México – En conjunto, Citibanamex y la Fundación Citi han aportado más de 4.5 millones de dólares (92 millones de pesos) a programas de habilidades laborales que benefician a cerca de 10,000 jóvenes, anunciaron ambas organizaciones. La iniciativa se suma al compromiso de Citibanamex con la educación y la capacitación empresarial, así como con la inclusión financiera y laboral de los jóvenes del país.
A través de su programa Caminos al Progreso y en alianza con ocho organizaciones sin fines de lucro, la Fundación Citi está invirtiendo 2 millones de dólares (40 millones de pesos) en esfuerzos para reducir el desempleo entre los jóvenes en México. También se está alentando a los empleados de Citi a que se ofrezcan como mentores voluntarios para proporcionar orientación y tutoría a los participantes en el programa. Es la primera vez que la Fundación Citi extiende su iniciativa a México.
México Lindo y Querido | Playing For Change
Uno de los momentos culminantes de nuestra visita fue la exploración de uno de los descubrimientos arqueológicos más importantes de los últimos años: un túnel de casi 18 metros de profundidad situado bajo el Templo de Quetzalcóatl, que representa el inframundo.
A continuación, nos reunimos con nuestros socios de Canal Nacional en Ciudad de México. Este sitio, uno de los últimos de la red de vías fluviales de la antigua Tenochtitlan, se incluyó en el Observatorio 2020 para rendir homenaje a los residentes que lo han defendido durante mucho tiempo a pesar de la escasez de recursos. Desde entonces, hemos trabajado juntos para revitalizarlo y ayudar a guiar su rehabilitación. Fue un privilegio pasar un día a su lado en este oasis de calma y naturaleza en la ciudad.
Nuestro viaje también coincidió con las festividades del Día de los Muertos y la Semana del Diseño de México. Descubrir el trabajo de diseñadores mexicanos contemporáneos inspirados en la artesanía tradicional fue el complemento perfecto a una semana dedicada al rico patrimonio cultural de México.
El trabajo de World Monuments Fund en Teotihuacan cuenta con el apoyo, en parte, de la Fundación Bernard Selz, American Express y el Instituto Nacional de Antropología e Historia de México. El trabajo de World Monuments Fund en el Canal Nacional cuenta con el apoyo, en parte, de American Express.
Ciudad de México: Palacio de Iturbide
La enorme mansión barroca, ricamente adornada con intrincadas tallas de piedra arenisca alrededor de las ventanas y los marcos de las puertas, en la calle Madero nº 17, es la antigua residencia de Miguel de Berrio y Saldívar, un rico noble y descendiente directo de conquistadores españoles, así como una vez alcalde de Ciudad de México.
Esta propiedad palaciega es una réplica del palacio real de Palermo y se construyó entre 1779 y 1785 según un diseño de Francisco Antonio Guerrero y Torres. Al parecer, el propietario construyó esta casa como un elaborado equivalente a la dote de su hija (valorada en 100.000 pesos, una suma enorme en aquella época) en un intento de evitar que su nuevo yerno, el marqués de Moncada de Sicilia, dilapidara la riqueza de su hija.
El hijo de la pareja, sin embargo, optó por no vivir aquí, pero ofreció el palacio para alojar a dignatarios visitantes. Uno de ellos fue Agustín de Iturbide. Fue desde el balcón de este palacio donde Iturbide aceptó la oferta de convertirse en el primer emperador de México tras la proclamación de la independencia de España. Durante su breve reinado, de 1821 a 1823, Iturbide utilizó esta casa como residencia real, dándole posteriormente el nombre popular.
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El Palacio de Iturbide, construido entre 1779 y 1785, es un enorme edificio residencial en el centro histórico de la ciudad. Construido por el Conde de San Mateo Valparaíso, se lo regaló a su hija como regalo de bodas. Agustín de Iturbide habitó el edificio entre 1821 y 1823. Aceptó la corona del Primer Imperio Mexicano en el mismo lugar una vez ganada la guerra por la independencia colonial, y finalmente dejó el lugar con su nombre.
Diseñado e iniciado por Francisco Antonio Guerrero y Torres, fue terminado posteriormente por su cuñado, Agustín Durán. Es el único edificio residencial de cuatro pisos de su época y se considera una obra maestra del barroco mexicano.
Con tres plantas y un entresuelo, muestra una considerable influencia italiana en el diseño barroco. La fachada es de tezontle y cantera. Una galería central está hoy cerrada al público. La fachada está decorada con piedra tallada con motivos orgánicos y geométricos como flores, pequeñas sirenas de doble cola y gráciles figuras masculinas. El patio interior está rodeado por dieciocho arcos, sostenidos por columnas toscanas.